martes, 9 de abril de 2019

Bajarse al moro y Transportting

Habiendo mencionado estas películas en la clase anterior he decidido investigar un poco mas sobre ellas y explicar su relación con las drogas.

Bajarse al moro es una película española dirigida por Fernando Colomo enmarcada en el género de la comedia. Su nombre proviene de una expresión popular usada en España para referirse al acto de ir hasta Marruecos a comprar hachís para posteriormente volver con él oculto a España para su tráfico. Es una adaptación de la obra de teatro homónima de José Luis Alonso de Santos.

Chusa y Jaimito son dos primos que comparten un pequeño piso en el centro de Madrid, donde también vive otro amigo, Albertico. Chusa acoge a Elena, a la que propone viajar a Marruecos para traficar con droga. Pero Elena es virgen y no puede transportar la mercancía en su vagina. Para remediar el problema, y una vez descartado Jaimito, Elena debe perder su virginidad con Alberto. Pero las dificultades e interrupciones se suceden: Doña Antonia, madre de Alberto, Abel y Nancho, dos drogadictos con síndrome de abstinencia. Finalmente, Chusa viaja sola a Marruecos. A su regreso es detenida y encarcelada. Cuando sale de prisión descubre que Alberto y Elena se han ido a vivir juntos a Móstoles justo cuando la propia Chusa descubre que está embarazada de Alberto. Pero nunca se lo dirá.
 

Trainspotting es una película británica de 1996 dirigida por Danny Boyle y basada en la novela homónima escrita por Irvine Welsh. Narra la punzante historia de un grupo de jóvenes heroinómanos de los suburbios de clase baja de Edimburgo, quienes no tienen aspiración alguna por la vida salvo drogarse o conseguir dinero sucio. El único que aparenta poder escapar de este destino autodestructivo es su protagonista, Mark Renton. Tiene una secuela llamada T2: Trainspotting, estrenada en 2017.

La historia que gira alrededor del anti-héroe Mark Renton se resume en una simple pregunta: ¿para qué elegir un modelo de vida? Éste señala al principio que seguir a los demás y llevar una vida supuestamente normal es complicado y aburrido. El adicto no trabaja, no tiene pareja, no tiene responsabilidades ni moral, solamente tiene que preocuparse de conseguir algo que vender para costear su adicción. No se estresa, no tiene problemas amorosos y es bastante individual.

Pero el mismo destino outsider que había elegido él -junto sus supuestos amigos- se le empezará a poner cuesta arriba, hasta el punto de casi hacerlo reventar. Renton toca fondo en este andar de kamikaze y acepta que no puede seguir sucumbiendo en un limbo eterno de drogas y alucinaciones; por lo que decide ser útil (si hay algo peor que una vida monótona, aburrida y predecible, es vivir escapando de aquello, o todo lo contrario y nada).

La conciencia de Mark es Diane. Ella teme que él tire su vida por la borda y sólo le hará ver que hay que creer en el cambio de la vida y del destino de todas las cosas. Este filme desentraña, de manera singular y locuaz, la extraña perspectiva de este drogodependiente.




En Transporting 2 después de 20 años de la historia original, contada en Trainspotting, Mark Renton (Ewan McGregor) vuelve a Escocia a enmendar a sus amigos, Daniel "Spud" Murphy (Ewen Bremner) y Simon "Sick Boy" Williamson (Jonny Lee Miller), y el siempre problemático Francis "Franco" Begbie (Robert Carlyle), quien acaba de escapar de prisión.



J.C.T.R.

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