LA INQUISICIÓN

La inquisición fue creada por la Iglesia para perseguir, detener, enjuiciar y en su caso castigar los delitos contra la fe, pues no aceptaba la libertad de pensamiento y de creencia.  La primera Inquisición fue instaurada por bula papal en 1184, para restablecer el orden religioso en el sur de Francia. A comienzos del s.XIII la inquisición funcionaba en Francia, Italia y Alemania.

EL MÉTODO que utilizaban se iniciaba con la llegada de los inquisidores a una localidad específica, donde la Iglesia tenía noticias de personas que se habían apartado del "camino correcto", se aceptaban denuncias de cualquier persona, incluso de delincuentes y otros herejes. Dos informantes solían ser suficientes para levantar cargos(hasta el s.XV se concedió un "período de gracia" durante el que los herejes podían denunciarse a sí mismos o a otros y entregarse libremente, con castigos poco severos, a veces con un pago en metálico se saldaba el castigo). Una vez enterados el tribunal convocaba al sospechoso, lo interrogaba y trataba de obtener la confesión necesaria para la condena. El inquisidor no podía acusar directamente, sino que debía obtener una confesión. Una bula papal de mitad del s. XIII autorizó a los inquisidores el uso de la tortura para obtener confesiones. La tortura no se entendía como un castigo, sino que era un medio de fomentar la confesión y sobre todo servía de ejemplo a otras personas que podían recibir el mismo tratamiento.

Si un reo confesaba y se mostraba arrepentido, los inquisidores aplicaban penas menores como flagelación, ayunos, peregrinaciones o multas. En los casos más graves se le obligaba a llevar el 'sambenito', con su consiguiente vergüenza social. La negación de las acusaciones y la persistencia en la herejía, se castigaban con la cadena perpetua o la ejecución, acompañada por la total confiscación de bienes, algo en lo que estaban interesados los príncipes feudales, los inquisidores e incluso los delatores, todos se enriquecían a cuenta de los bienes confiscados a los condenados.

El acto público más popular de los que celebraba la inquisición era el auto de fe.

                      

                             LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA

 En España había existido una convivencia más o menos pacífica entre cristianos, musulmanes y judíos, estos últimos eran minoritarios. A finales del s.XIV hubo una ola de antisemitismo porque despertaban envidia ya que la ciudadanía, en general, pasaba hambre, y ellos prosperaban con el comercio y los prestamos con interés, por ello al final del s.XV se da una conversión forzosa de estos al cristianismo para escapar de la muerte, pero interiormente, en algunos casos, seguían practicando el judaísmo, manteniendo sus antiguas tradiciones. Esto empezó a despertar el recelo del resto de la sociedad y de la Iglesia española.

 Hubo enfrentamientos entre los cristianos viejos y los conversos. Como los Reyes Católicos estaban dispuestos a mantener la unidad religiosa, pidieron permiso al papa para establecer una Inquisición con el fin de mantener esa unidad y, en 1478 el papa la concedió en la corona de Castilla, años después lo haría en la corona de Aragón. La bula también establecía que los Reyes Católicos serían los encargados de nombrar a los inquisidores. De esta forma, la Corona accedía a un poder con gran influencia en los siguientes siglos.

Una vez creada, la Inquisición no lucharía solamente contra los conversos, también persiguió a los judíos no conversos y a los moriscos, para después combatir a la herejía protestante, a las sectas, a la brujería y a todos aquellos que no siguieron los mandatos de la Iglesia católica. El objetivo final era mantener la pureza de la fe católica.

En el s.XVIII la Inquisición española dejó de tener el peso que había tenido en siglos anteriores y finalmente, la Inquisición fue abolida el 15 de julio de 1834 mediante Real Decreto durante la regencia de María Cristina, madre de la reina Isabel II, era el fin definitivo de la Inquisición española, que había existido en España durante tres siglos y medio.